lunes, 31 de octubre de 2011

Escoria!

Es tardenoche (algo más noche porque ayer se cambió la hora). Un borracho enorme (enorme de alto y enorme de borracho) se pasea dando tumbos por una calle de Copenhague donde se alternan prostitutas y pizzerías, yonquis y sitios de shawarma. Delante de 1001 Nat Pizza Grill Kebab House , el borracho contiene un sollozo y grita con deje andaluz:

"Todos arriba, al último piso, como Carrero Blanco! Escoria!".

 Quién presta atención a un borracho ininteligible? Un observador parpadea, esperando a que salga su pizza número dieciséis.

lunes, 24 de octubre de 2011

flaco favor

He estado una semana en Barcelona y he aprendido muchas cosas.

1.- El fin de los tiempos y su interés científico

Nacho me estuvo explicando cosas muy interesantes, entre ellas La Onda de Tiempo Cero. Hubo un señor, Terence McKenna, recientemente facellido, que afirmaba (cito de Wikipedia):


 "...el Universo tiene un atracción teológica en el fin del tiempo que incrementa interconexiones, finalmente alcanzando una singularidad de complejidad infinita en el 2012, en que cualquier punto y toda cosa imaginable ocurrirá simultáneamente."

Evidentemente, esto es relevante para todo lo tocante al fin de los tiempos, que es un tema de continuo interés y constante actualidad. Pero no sólo para eso, ya que parece que las teorías de McKenna ofrecen una posible metateoría para todo el trabajo de Hauptmann-Feuerwerker en general y sus Estudios de la Transcentalidad Percibida en concreto. El trabajo de Hauptmann-Feuerwerker se encuentra en un estado de formalización puramente descriptiva y no predictiva, y es posible que se pueda extender su modelo para empezar a hablar de la Trascendentalidad Predecible.


2.- El museo de los mamuts

En Barcelona hay un Museo del Mamut del que no tenía noticia. Y puedes montar cumpleaños en él.

3.- El Barco de Vapor

Los libros del Barco de Vapor son un estupendo recurso pedagógico para gente de +25 años.





4.- Arqueopolítica sentimental

No es una observación particularmente aguda que una familia tiene (o consiste en) un sistema de gobierno. Existen familias de corte asambleario, e incluso familias numerosas en las que acaba emergiendo una democracia representativa; pero vamos, la mayoría de familias oscilan entre la oligarquía y el despotismo ilustrado.

Es interesante, sin embargo, ver como existen procesos de reforma administrativa y graduales conspiraciones en contra del régimen establecido en el seno de muchas familias. Una familia que, por ejemplo, funciona como una monarquía parlamentaria (incluso con una tosca division en dos poderes, uno ejecutivo y uno legislativojudicial), tiene que mantenerse firme para no acabar convertida en un despotismo hidráulico.


Bien, no exactamente un despotismo hidráulico. Eso requeriría un control de los recursos naturales. Me refiero más bien a una reconversión de las señales de afecto y prestación y, en definitiva, estatus, en símbolos de las mismas. Así, se puede convertir la transación del afecto (moneda de cambio en la estructura familiar) en una representación de la misma, de la misma manera que un estado avala sus billetes impresos, un miembro de una familia avala sus símbolos de afecto como verdaderos y fidedignos. Eso es lo normal, y es lo que hace que se hagan favores materiales y se intercambien regalos con valor sentimental. Ahora bien, cuando un elemento o sector pretende implantar una centralización reguladora de ese sistema transaccional de símbolos de afecto, nos encontramos con un despotismo hidráulico de corte simbólico.

Sonará trivial, pero pensadlo un par de veces antes de aceptar que os preparen un tupperware de sobras la próxima vez que vayáis a comer a casa.

jueves, 6 de octubre de 2011

un hecho

El miedo a la muerte pone cachonda a la gente. Es un hecho. Pero este caso es sólo un ejemplo de un fenómeno de mayor alcance conocido como el Prearmónico de Angustia de Moretti (PAM). El PAM se define informalmente como el impulso erótico (i.e., en busca del placer) cuando se anticipa alguna forma de sufrimiento.

Por eso, cuando hace buen tiempo antes de empezar el invierno, los daneses se tiran a la calle, a los parques, a dar vueltas, a disfrutar del aire libre porque saben que se les ha acabado el cuento hasta marzo. Como condenados al patíbulo follando en el corredor de la muerte, celebran sus tímidos veinte grados al sol dando paseos y sentándose en el césped que ya está algo mojado.


Niebla en Kronborg


Parque de los ciervos
Media tarde en el parque de los ciervos 

Un minigolf brutalista en Malmö

Arte peludo para niños de 0 a 99 en Malmö. Es una escultura peinable.