Hace tres días se cumplió un año de mi llegada a Dinamarca. Y más que sufrir un acceso tremendo de trascendentalidad percibida, me muero de sueño. Me muero de sueño porque estamos en un curso que hemos organizado y estar en la organización implica madrugar más y saber mágicamente dónde está todo; es como, durante dos semanas, ser padre de veinte niños que hablan inglés como segunda lengua fluidamente pero a los que hay que acompañar a hacer pipi.
Como siempre, el contenido del curso es irregular. Las cosas de semántica formal me provocan una mezcla de fascinación y de "¿y todo esto para qué, eh?". He sobrevivido a una presentación sobre cómo es útil hacer unos árboles con letras griegas en las hojas para entender qué significa el pronombre "él". Explicado por el chino de los Goonies. Aunque claro, en este tipo de eventos todos somos un poco el chino de los Goonies, aunque seamos de otro sitio.
Pero antes de eso vino Sascha unos días. Estando yo en el curro, sólo nos pudimos ver a la hora de cenar, aunque pudimos ir a Louisiana, que es a donde llevo a todo el mundo (o a donde hago que todo el mundo vaya).
Evidentemente ha hecho un tiempo de perros, como corresponde a las visitas.
Había una exposición gigantesca sobre la relación entre urbanismo, arquitectura y vivienda. Era chula, aunque siempre hay cosas que dan rabia (tonillo institucional, citas de Walter Benjamin que podrían ser de cualquier primo segundo pintadas en la pared).
Una hora después de irse Sascha en tren llegaban Toni y Nereida en avión. Era la primera vez que iba al aeropuerto en tren, y al llevarlos a casa me los llevé a Suecia en un descuido. Por fortuna, en lugar de putearse conmigo, les pareció encantador y nos fuimos a dar una vuelta y a comer hamburguesas por Malmö.
Aquí hay unas fotos que Toni y Nereida se estuvieron sacando mientras yo ejercía de anfitrión en la oficina.
De Sascha no tengo fotos porque, en un descuido, se metió en una máquina del tiempo y se fue al siglo XXXII.
Creo que ha sido mi peor ejercicio como anfitrión. Suerte de las visitas que se entretienen solas.
viernes, 19 de agosto de 2011
Ya son grandecitos
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¡Feliz cumple de Dinamarca! :) ¡Qué cumplas muchos más hasta que te canses y te vayas a otro lugar más chulo!
ResponderEliminarY que divertido que tu mail sea Alonso@, ¿no? Es como si fueras un piloto de Ferrari.
Un abrazo, Raul!
Dinamarca debería celebrar tenerte durante todo un año, ha habido fuegos artificiales?
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