Es muy jodido ser una planta de interior, hay que tratar de ventilarse. Si no se hace, acaba uno así de pocho.
El otro día hice de tripas corazón de verdad de la buena, y vi la vuelta del Barça-Copenhague de la Champions en un bar. Y más me valdría haberme quedado en casa, porque fue un tostón de partido, no sólo porque el fútbol me aburre, sino porque parecía que tuvieran el empate como objetivo, cosa que no es fácil del todo. ¿Habéis intentado perder al tres en raya con todas vuestras fuerzas?
Pero no sólo de mal balompié vive el hombre. Como los protestantes no tienen fiestas patronales, tienen que inventárselas. Y una de ellas recoge la necesidad atávica de celebrar la cosecha(lo que nosotros hacemos en la Castanyada y en muchas fiestas mayores) y la convierte en una fiesta comercial propiedad de una marca registrada: El Día-J, o día en el que se lanza al mercado la cerveza de navidad (una receta algo más amarga) de la cervecera Tuborg. A pesar de la vaga resonancia a la segunda guerra mundial, es una simple excusa (o incentivo) para empinar el codo. La cerveza de navidad viene en un envase personalizado que ríete tú de las botellas de aluminio diseñadas por Custo para Damm.
Como se puede ver, el azul es el color corporativo de este producto, y la propia empresa proporciona a los bares muchachas sexis vestidas de Mama Noël que lucen muslo e identidad de marca.
Al margen de cosas étnicas (mis compañeros de trabajo daneses se descojonan cuando catalogo de étnicas cosas como el Día J o el pan de centeno, pero el problema lo tienen ellos al tenerse como cultura de referencia, animalicos), y aunque he tenido mis mases y mis menos con la administración (ya haré un monográfico cuando estén todos mis papeles resueltos porque estoy que trino), he de confesar que aquí se vive bien. Para muestra, una parada de autobús.
Hoy parecía una tregua de buen tiempo en lo que se nos va a venir encima, así que he pasado el día fuera de casa paseando. He salido a Ørstedsparken a dar una vuelta y a sacar fotografías que han sido tomadas cientos de veces antes.
Pero a fin de cuentas, era la primera vez que yo las tomaba.
¡Y qué narices! Bien bonito que es el parque.
No es muy grande, y después de recorrerlo en sentido horario y después antihorario, me he sentado en un bar a tomar un café y terminarme el libro que andaba leyendo. Me traje de casa un recopilatorio de cuentos de Borges, para darle una segunda oportunidad a este señor que tanto tendría que gustarme pero que no me acaba de emocionar.
Con Borges me pasa como con la langosta, no puedo negarle una calidad intrínseca, pero eso no quiere decir que me apetezca. Las temáticas (bibliotecas infinitas, judaísmo, la inexistencia del tiempo) no pueden no gustarme, y la redacción es impecable, pero me deja insatisfecho. Despues he ido a la gliptoteca a oir un concierto gratuito y he dejado de pensar un buen rato. Mirad, mirad que niña más mona.
Lo siguiente que me toca leer no es ni Woolf ni Mann ni Pla ni ninguna otra cosa listada en un cánon ("Hay que leer a los rusos! Los rusos!", diría Alberto). El mismo Borges dice que "a la realidad le gustan las simetrías y los leves anocronismos", y por eso mismo mis lecturas van a variar sustancialmente en los próximos días porque mañana empiezo clases de danés de nuevo (ocho horas por semana, ahí es nada) y volveré a ponerme a leer tebeos.
En Alemania lo hice, y aprendí mucho vocabulario sobre ciencias ocultas y ufología porque me leí unos cuantos comics de Expediente X. Tengo el diccionario de bolsillo, amenazante y muy a menudo insuficiente, apostado junto a la almohada.
domingo, 7 de noviembre de 2010
Cerveza, cánon, concierto
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te debo una porque lo de la parada del autobús me ha sacado una de las risas por debajo de la nariz más espontáneas y sonadas del día. gracias
ResponderEliminarla lata de cerveza parece un bote de nieve artificial en spray. er, cosa que imagino que puede llegar a ser si la agitas convenientemente antes de abrirla.
Por el amor de Dios, léete el cuento de Los dos teólogos (está en El aleph). Es el mejor chiste ever!!!
ResponderEliminarY "El inmortal" (también en El aleph)! El momento "Argos, perro de Ulises" es de pelos de punta!!!
ResponderEliminarEstanis - iba en bici y me tuve que parar a reir cuando vi el sofá en la parada de bus.
ResponderEliminarIsabel - Pues El Aleph fue lo primero que me leí en su día, y no me lo pasé muy bien. Esta vez me ha gustado más, será cuestión del momento. A lo mejor en un par de años soy fans.
Leer a Borges. Uno de mis peores recuerdos del 'Curso de Orientación Universitaria'. Uno de mis recuerdos más gratos de cuando acabé la carrera.
ResponderEliminarNo leas Borges a la fuerza, hombre. No vale la pena.
La próxima vez, puedes poner enlaces a la definición de gliptoteca para los incultos como yo, en lugar de ponerlos al bonito parque que ya vemos en las fotos. Por cierto, esas fotos no las ha tomado nadie nunca antes. Pueden haber hecho fotos iguales, pero no esas. Incluso Heráclito seguramente afirmaría que no son fotos iguales. Y creo que con justa razón. :)
"la propia empresa proporciona a los bares muchachas sexis vestidas de Mama Noël que lucen muslo" :D_____
ResponderEliminarNo he podido evitarlo :P
Abrazos!!