Hoy se cumple medio año de mi llegada a Copenhague.
Anoche soñé que era profe en una escuela unitaria en Guatemala. Me parece que yo era un señor mayor y con pinta de explorador tarado, como un Miguel de la Cuadra-Salcedo esmirriado y puesto de hayahuasca o el tío Matt de Fraggle Rock.
Recuerdo que me apartaba un par de pájaros que me revoloteaban alrededor de un manotazo y le decía a mi perro, que se paseaba conmigo por los pasillos de la escuela, sombría y con las puertas pintadas de azul, todas entreabiertas:
- Claro, tú ya estás acostumbrado a los pájaros que se te comen las moscas, porque estás cubierto de moscas!
Era un perro feo y simpático, de color churro tostado (o más bien de color chucho, claro!) y tirando a maltrecho. Parecía un albornoz marrón cosido a bayonetazos. Pero muy majo. Se llamaba Perro. Es gracioso que en un sueño mío hubiera un perro simpático, con el miedo que me han dado a mí siempre. Cierto es que también ando algo enmendado.
Me parece que lo de ser profe en Guatemala tiene que ver con que mañana empiezo a serlo aquí: estoy de asistente en una asignatura y me toca dar tres horillas de clase sobre estas cosas que hacemos de coger letras y sacar números. Aterrorizado, vamos.
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Suerte con las clases! Irá todo de maravilla, estoy seguro. :)
ResponderEliminarUn abrazo, Raul.
Un gos que es diu "Perro"??
ResponderEliminarHèctor, torna ja! T'estàs convertint en un perroflauti!
Sort amb la classe, tot i que estic segur que no la necessites.
ResponderEliminarI pensa que no et trobaran gaires defectes, perquè des del mateix moment en que et vegin seràs, automàticament, "el calvo" (en danès, és clar). :)
suerte y sin miedo, imagínate darle la clase a un grupo de perros: sería peor.
ResponderEliminarel tío Matt tiene *casi, casi* tu color de pelo en el cuerpo.