miércoles, 16 de febrero de 2011

Dando clases en Guatepeor

Hoy se cumple medio año de mi llegada a Copenhague.
Anoche soñé que era profe en una escuela unitaria en Guatemala. Me parece que yo era un señor mayor y con pinta de explorador tarado, como un Miguel de la Cuadra-Salcedo esmirriado y puesto de hayahuasca o el tío Matt de Fraggle Rock.

Recuerdo que me apartaba un par de pájaros que me revoloteaban alrededor de un manotazo y le decía a mi perro, que se paseaba conmigo por los pasillos de la escuela, sombría y con las puertas pintadas de azul, todas entreabiertas:

- Claro, tú ya estás acostumbrado a los pájaros que se te comen las moscas, porque estás cubierto de moscas!

Era un perro feo y simpático, de color churro tostado (o más bien de color chucho, claro!) y tirando a maltrecho. Parecía un albornoz marrón cosido a bayonetazos. Pero muy majo. Se llamaba Perro. Es gracioso que en un sueño mío hubiera un perro simpático, con el miedo que me han dado a mí siempre. Cierto es que también ando algo enmendado.

Me parece que lo de ser profe en Guatemala tiene que ver con que mañana empiezo a serlo aquí: estoy de asistente en una asignatura y me toca dar tres horillas de clase sobre estas cosas que hacemos de coger letras y sacar números. Aterrorizado, vamos.

4 comentarios:

  1. Suerte con las clases! Irá todo de maravilla, estoy seguro. :)
    Un abrazo, Raul.

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  2. Un gos que es diu "Perro"??
    Hèctor, torna ja! T'estàs convertint en un perroflauti!

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  3. Sort amb la classe, tot i que estic segur que no la necessites.

    I pensa que no et trobaran gaires defectes, perquè des del mateix moment en que et vegin seràs, automàticament, "el calvo" (en danès, és clar). :)

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  4. suerte y sin miedo, imagínate darle la clase a un grupo de perros: sería peor.

    el tío Matt tiene *casi, casi* tu color de pelo en el cuerpo.

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