Esta semana pasada estuvieron de visita mi tía Encarna y mi tío José María. aprovechando constituciones y purísimas concepciones.
Aquí la constitución es otra y yo no tuve fiesta, o más bien dicho tuve fiestas obligadas porque no son fiestas: dos cenas de navidad del departamento y la escuela de doctorado respectivamente. Estuve demasiado ocupado comiendo arenques y panceta asada como para poder llevarles a mucho sitio, aunque ellos son muy espabilaos y cubrieron todo lo necesario; sirenita, Louisiana, jardín botánico, el cementerio Asistens y hasta un día en Malmô. Parece que les cundió, a pesar del tiempo regulero.
Pero claro, algunas direcciones tuve que darles. Aquí se ve el cartel de acceso a mi vecindario, con la célebre calle Oehenschlægergade. Nuestra calle, Saxogade, tenía el doble de delitos que la calle paralela durante la época previa a los ordenadores porque cuando alguien reportaba algo a la policía, les daba pereza (o incerteza) escribir Oehenschlægergade y se lo atribuían todo a Saxogade.
Aquí salen mis tíos delante de una maqueta de Copenhague, que es lo más parecido a un minigolf que tenemos por el centro.
Espero que les hayan gustado los arenques en conserva y ahumados que se han llevado. Aquí vemos su maleta con una caballa que asoma.Ya me diréis qué tal la anguila.
Y horas después de irse mis tíos, vino Henrik. Yo iba a clase de danés con Henrik y su novia Ulrike, pero al parir a su hija se volvieron a Alemania. De todos modos Henrik ha seguido estudiando danés por su cuenta y se vino a hacer la parte oral del examen final este lunes. Una de las cosas que tienes que hacer es dar una presentación de dos minutillos sobre un tema que te dan. A mí me tocó la Ley de Jante.
La Ley de Jante es un corpus legal ficticio proveniente de una novela, que se ha adoptado como término para representar la presión tribal por la igualidad y el no-destacar, cosas aparentemente muy características de la sociedad danesa. Dicha ley tiene diez mandamientos:
- No pienses que tú eres algo especial.
- No pienses que tú estás a la misma altura que nosotros.
- No pienses que tú eres más listo que nosotros.
- No pienses que tú eres mejor que nosotros.
- No pienses que tú sabes más que nosotros.
- No pienses que tú eres más importante que nosotros.
- No pienses que tú eres bueno en nada.
- No pienses que tú puedes reírte de nosotros.
- No pienses que tú le preocupas a alguien.
- No pienses que tú puedes enseñarnos algo.
Algo de esa forma de entender la relación entre individuos y sociedad se percibe en algunas escenas de Dreyer o incluso en El Festín de Babette. Sea como sea, la Ley de Jante es algo que mencionan muchas personas pendientes o preocupadas por destacar, como políticos liberales o deportistas de élite.
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