jueves, 3 de marzo de 2011

pudor repentino

"Voy a ver si ya ha venido. Sí, tiene que haber llegado porque reconozco su olor en el pasillo. "

Hay algo turbador, impropio, en esto de empezar a reconocer el olor corporal de tus compañeros de trabajo. No a todos, claro, reconoces a los que tratas más y a los que tienen un olor más notable.

Más allá del volumen del olor , hay aspectos cualitativos que hacen que algunos individuos sean más fáciles de identificar por el olfato, no siempre para mal. El olor corporal de mi amiga Alba, por ejemplo, es agradable, ligeramente oleoso, con un regusto a lirio pisado. No es cosa mía, su olor ha sido elevado varias veces a la categoría de tema de conversación.

Pero un compañero de trabajo es otra cosa. No es exactamente un ente de nuestra vida personal, y parece que reconocer su olor lo posicione en un área más cercana de lo que realmente le corresponde, como si nos conociéramos de toda la vida o nos hubiéramos acostado.

2 comentarios:

  1. esto estará a un nivel muy distinto al de tu reflexión, pero curiosamente, una compañera de trabajo me ha hablado de olores de compañeros hoy. me decía que a determinada hora de la mañana en la oficina, por un ligero olor a puros y atún en el ambiente (uhhh...), sabía exactamente quién estaba en la cocina. yo inspiraba fuerte para poder corroborarlo pero no olía nada, y ella tenía la nariz roja y tapada por alergia así que puede que solo quisiera llamar mi atención adjudicándose ese pequeño e improductivo don. a lo mejor estaba *aburrida*.

    ResponderEliminar
  2. Estoy completamente de acuerdo en que reconocer el olor de un compañero de trabajo es algo turbador. Aunque probablemente es más turbador saber que tus compañeros reconocen el tuyo, ¿no? Yo diría que lo que posiciona al compañero de trabajo en un área más cercana de la que le corresponde no es reconocer su olor, sino decírselo. En cierta ocasión yo lo hice sólo para provocar, a sabiendas de que resulta ciertamente turbador. Pero insisto, lo que le sitúa en una área u otra es decírselo. Porque reconocerlo es involuntario. Ni bueno ni malo sino todo lo contrario.

    Por cierto... nunca he probado lirios pisados, así que no sé cómo debe ser el regusto. ;)

    ResponderEliminar