jueves, 5 de mayo de 2011

Pascua murciana

comedia en tres actos y siete cuadros


Sospecho que ya ha dejado de ser noticiable, pero he tenido a los Alonso visitando esta Semana Santa. A los seis, los perros se han quedado en tierra. Como el piso estaba vacío porque mis compañeros estaban de vacaciones, se han quedado en casa conmigo, de manera que he podido disfrutar de la auténtica experiencia familiar.

Digo "auténtica experiencia familiar" como si fuera algo sacado de un folleto turístico, y es que la falta de costumbre otorga a estas circunstancias una irrealidad turística, una aceptación absoluta de todo aquello que parece definir a la familia de uno. Cuando te ves tan poco a menudo, no tienes derecho a cabrearte con éste o aquél por hacer o decir esto o aquello. Hacerlo sería como pedirle a los masai que no saltaran, a las mujeres jirafa que no llevaran aros al cuello.

Con esta aceptación mutua, se abre la veda de lo que supone la auténtica experiencia familiar: poder soltarse el pelo y ser tan difícil de carácter como se desee.


Y es que, una reunión familiar de este estilo nos ofrece un espacio común no para ser uno mismo, sino, mucho mejor, para sacar a la luz lo peor de uno. Vamos, como todos experimentamos en Navidad durante el encierro, pero con mejor tiempo. Mientras en España no podían sacar a los Cristos porque llovía, en Dinamarca la gente pillaba el primer sol del año y se le quemaba la nariz, incluso la primera marca de camiseta de tirantes.

Como hizo tan bueno, pudimos ir a parques y bosques, y pasear por calles y avenidas y estirar el cuello en algún museo. Y mirar iglesias desde fuera sin atrevernos a entrar:

- Nene, y esta iglesia es católica?
- No, yaya, es protestante.
- Y ésta es católica?
- No, protestante.
- Y ésta?
- Hacen la misa en sueco, pero también es protestante.
- Y ésta de aquí?
- Anglicana

Hicimos todo esto como se hace en familia. Es decir, a voces. Mientras un sector se cagaba en el fútbol, el otro trataba de ver el partido por internet. Mientras unos se deshacían en ditirambos por Zapatero, unos exponían (vehementemente) sus reservas para con el PSOE. Y, como una familia, nos hicimos una foto con el automático de la cámara.


Ha sido muy bonito.

4 comentarios:

  1. ditirambo. palabra nueva para mí. con la de gente que hay que es dada a ellos... ¿como he podido vivir sin conocerla?

    ResponderEliminar
  2. qué genial que tuvieras la casa entera a tu disposición coincidiendo con la visita.

    y me encanta esa foto de tus abuelos en la pinacoteca.

    ResponderEliminar
  3. Quina gran veritat:
    "Con esta aceptación mutua, se abre la veda de lo que supone la auténtica experiencia familiar: poder soltarse el pelo y ser tan difícil de carácter como se desee"

    un petó enorme...James!
    MUASK
    yours,
    Fiona

    ResponderEliminar