El jardín botánico está a un tiro de piedra de casa. Alterna muy bien entre parque y jardín, y tiene unos invernaderos con diferentes niveles de temperatura y humedad.
Dos de los invernaderos simulan un clima tropical. En uno hay mariposas y renacuajos, en otro hay una cúpula a la que se puede subir, como muestra esta imagen.
¡Perdón! Se me había empañado la lente. Ahora mejor:
Hay plantas que dan hasta miedo:
Y también hay un huerto-huerto.
Estaba haciendo recados cuando se me ha ocurrido entrar, y no sé cómo, pero se me han escurrido dos horas sin darme cuenta. Luego he salido, me he comprado un higo en una frutería y me lo he comido por el camino. Estaba muy maduro y me he puesto perdido el hocico. Luego he entrado en una tienda de cosas chinas (aquí los bazares chinos no existen como tales) y me he comprado una galleta de la suerte. La galleta decía:
"Pronto se te concederá un deseo - pero ten cuidado con lo que deseas."
¡Con lo difícil que es desear cosas de verdad, más allá de los caprichos! Luego me he acordado de que había salido a por un despertador. Los despertadores siempre se me han dado mal. ¿Seré capaz de aprender a hacerle caso? No voy a malgastar mi deseo en eso.
Ahora que lo pienso, un higo y una galleta de la suerte hacen bastante mal desayuno.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
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Nada va a conseguir que te levantes, no te engañes, si no podía la OrejadevangoghAMUERTE nada podrá…
ResponderEliminarle deseo suerte al nuevo despertador en su primer día de trabajo, no sabe dónde se ha metido.
ResponderEliminarponerse el hocico perdido a mí me suena bien.
Héctor esta entrada no está muy allá, ¡queremos que pasen cosas como en "La sombra del viento"! (es broma)
ResponderEliminarA mi tampoco se me dan bien los despertadores, los apgado dormida por muy difícil que me lo ponga (He llegado a abrir un armario, cogerlo de un cajón y apargarlo, dormida).