Vivir en otro país tiene mucho de conducta y poco de personalidad. Al principio hacemos mucho de lo que es necesario y menos de lo que nos es propio, hasta el punto de desvincularnos un poco de nosotros mismos.
Pero hoy he hecho, por fin, algo que me resulta identitario. Identitario desde la caricatura, claro.
He cogido esta silla de la basura. La tapicería está un poco roída ... ¡pero en algún sitio tengo que dejar la ropa de ayer!
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Oh, y para mañana? Otra silla?
ResponderEliminarSiempre puedes hacer como yo, ateo materialista pero creyente en un Yo asi con mayusculas to guapo.
Por cierto te queremos como eres, o como te comportas que para el observador externo es lo mismo. Eso me lleva a pensar que la preocupación por la idejtidad es algo, evidentemente, egoista. Es decir, nos la suda si pos demás son o dejan de ser
yo tengo un escritorio tan largo (er, por llamarlo *eso*) que unos veinte centímetros de la punta izquierda están ya condenados a servir eternamente para eso mismo, para dejar la ropa (y ahí lo dejo).
ResponderEliminarpues la silla es bastante bonita, y al blanco nuclear de tu habitación en fotografía dan ganas de clavarle una cucharilla. me recuerda a helado por empezar; por algún motivo a estas horas esa pared me remite a helado de nata sin empezar, sí.
Héctor,
ResponderEliminar¡Muy bonita la silla! Una excelente adquisición. :)
Un abrazo, Raul.
Pues ya sabes, a verse vídeos de bricomanía para dejar la tapicería como si fuera nueva XD
ResponderEliminar(por fin algo de color en tu cuarto!! Tanto blanco me pone nerviosa)
esto ya es vicio, eh? si una silla sueca no vale nada!
ResponderEliminarRealmente creo que yo ahora soy todo conducta!
ResponderEliminarvaya habitación tan bonita te está quedando. Me encanta! Y la silla simplemente genial, el toque moderno que necesitaba. En fin, sobre lo de circunstancia y conducta me dan ganas de hablar un montón de cosas contigo...con un café mejor
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