Anoche llegué a Bergen algo antes de la medianoche. El aeropuerto es pequeño y tratan tu equipaje como si fuera una cabra recién caída de un campanario. Como era tarde, pillé un taxi hasta el hotel. 380 coronas noruegas, unos cincuenta euros. No me pasaba la VISA. El taxista no era noruego; yo diría que era de algún país de oriente medio y no hablaba inglés. Sabía decir cuatro cosas en noruego, y a duras penas. Yo sé decir cuatro cosas en danés, así que tuvimos que entendernos para que me llevara a un cajero, que fue precisamente cuando empezó a llover. Es como irse a Argelia a regatear en catalán.
En media hora tuve todo lo que esperaba de Noruega - mal tiempo y precios altos. Sólo me faltaba la carne de ballena.
Esta mañana me he levantado a las seis y media, como si fuera a buscar setas, y he ido a la universidad donde se imparte el curso para llegar a las ocho y algo, no fuera a ser que me equivocara de autobús. No lo he hecho, así que he llegado tempranísimo.
El curso bien. También uno es de fácil contentar, como mi formación es básicamente técnica, las cosillas de lingüística siempre me impresionan bastante.
Todos los estudiantes asistentes están en mi tesitura (no es que sean contratenores, no, sino que son de un país y están en otro), de manera que las presentaciones son como las de los enanos en los libros de Tolkien. Así, en lugar de decir "Soy Balin, hijo de Fundin hijo de Farin", se dice "Soy tal, francesa pero estoy en noruega en la UIB" o "Soy cual, de etiopía, estaba en esta universidad inglesa pero ahora estoy en el Max Plank en Holanda".
Pues precisamente con el etíope nos hemos ido a dar una vuelta por el centro de Bergen al acabar las sesiones de hoy. Llovía sin prisa pero sin pausa pero he sacado algunas fotos.
Un Ibsen con mucha cara de loco:
Y una surtida colección de cascos con cuernos, para aquellos que desean el sabor de lo auténtico.
Ah, y aquí el mar sí que huele a sal.
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Ah, pues la cara de loco de Ibsen se parece un poco a la cara de "ein?" que se me ha quedado a mí cuando he visto lo de la puta de oros.
ResponderEliminarHéctor, no sé si te lo ha contado ya Jaume pero el domingo vimos una entrevista de dos horas a Camilo VI que era toda ella en sí un campo de coles. Muy fuerte.
Héctor, ja veig que de moment Noruega no t'està tractant tan bé com a nosaltres :( Gràcies per la informació sobre el preu dels taxis. Tot i tenir cotxe volíem agafar-ne un per curiositat, però veient com estava el panorama de preus vam decidir no intentar-ho. Ja ho diuen: la curiositat va matar el gat.
ResponderEliminarCreo que deberías ir a la tienda de cascos cornudos sombrero mexicano en ristre para hacer notar tu compromiso cultural.
ResponderEliminarSón de plàstic, quin desastre!!!
ResponderEliminarA Toledo -a més d'encenedors i pins del Caudillo i Blas Piñar- venen espases, armadures i cinturons de castedat, TOTS METÀL·LICS.
¡Héctor!
ResponderEliminarCreo que me perdí parte de la historia... ¿Qué haces en Noruega? Yo pensaba que tus clases eran en Dinamarca... Estoy confuso.
Pero, si quieres, te presento una gran amiga que vive en Bergen. Es muy guay y ya habla algo de noruego. Te puede valer la próxima vez que cojas un táxi por allí.
Un abrazo, Raul.
Si busques una mica, a Bergen també hi trobaràs espases i cascs metàl·lics però, atenció... MADE IN TOLEDO!!! Com diria el Carlos, parece imposible, y sin embargo es.
ResponderEliminarLos mares que huelen a sal molan más que los que huelen a tampaxes y dodós, eso seguro...
ResponderEliminarJustamente yo tengo un casco noruego igual que los del carro! XD (Made in china, claro).
ResponderEliminarCuando vuelvas a Danmarquia ten cuidado con la gente que ordena las bicis! (?)