sábado, 29 de junio de 2013

Normalmente la gente se besa



Anna y Miquel se han casado. Bueno, Miquel y Anna se han casado. Esto de citarlos por un orden en concreto es difícil porque al ser amigo de ambos, no puedo comprometerme con un orden que indica por lo general, afinidad o predilección.



Aunque hay una forma más fácil de decirlo: los padres de Pol se han casado. Y ellos parecen encantados con que su ojiplático vástago les robe el protagonismo del todo.


Bueno, también estaban el Juanca y Mas. Si no de cuerpo al menos presentes de espíritu.


Después de lo de firmar y eso, nos fuimos a la calle Olof Palme, donde nos esperaban los bocadillos y unas especie de quiches individuales que Anna hizo.


Cuando se prometieron, dijeron que nada de ceremonia ni de convite, porque son maravillosamente poco dados al paripé. A los amigos nos parecía regular que no hicieran nada que pareciese una celebración, y finalmente, sin cometer ninguna ostentación ridícula, organizaron algo que satisfacía todas las formalidades sin exceso de formalidad. Por no faltar, no faltó ni lluvia.


Hablando de lluvia, yo había consumido mi derecho moral a vacaciones este Abril en Noruega, así que pude ir poco más que un fin de semana largo. En el aeropuerto de Copenhague se acumulaban las botellas que no nos permitían embarcar. Hay una bolleta de 1.5L de algo que no es leche pero que lo parece. Creo que lo he visto en algún restaurante chino. Alguna idea?




En Sabadell también tienen muy clara la importancia de beber. Hay un sitio o un acontecimiento que se llama Drinkking en el que se promete triunfo.


La publicidad de una agencia de viajes en Gràcia decia algo que sonaba o provocador o estúpido.


Y en el aeropuerto de El Prat ponen comas entre sujeto y verbo, pero no en inglés.


sábado, 8 de junio de 2013

No lo busquéis más

En verano se recuerdan más los sueños, y aquí en el norte mucho más, porque la luz estival se cuela, blanca y acerada, por las rendijas del estor (yo sí tengo cortinas, una rareza por estos lares) y nos corta el sueño.


Esta semana ha venido sembrada, desde soñar con Carla y Muntsa emperifolladísimas en una fiesta celebrada en casa de Norma Duval donde una de ellas traía un elefante de peluche de dos por dos por dos metros y donde se hacía bullabesa en una bañera, al sueño de esta mañana.

Parece que yo estaba asociado en algún grupo de señores con gabardina y fedora que se dedicaban, como todos los señores con gabardina y fedora, al crimen organizado. Teníamos un falso despacho con una falsa secretaria con rebeca nacarada de manga tres cuartos y falda rodillera de color salmón. Los teléfonos eran de color verde oliva y tenían el cable helicoidal, así que supongo que estábamos en el pasado.

Tres o cuatro de mis asociados llevaban una bolsa industrial de plástico y claro, dentro había un cuerpo inconsciente o muerto. Resultó estar inconsciente porque, después de depositarlo encima de una mesa, le clavaron un cuchillo de monte en el torso y le aplastaron la cabeza con algo. Luego abrieron la bolsa.

Algo ensangrentado, pero el cadáver era fácil de reconocer. Llevaba un gorro de lana y un jersey de rayas blancas y rojas. Y, mientras que el resto estábamos hechos de carne, su piel tenía una no-textura lisa y sin sombras, como si fuera un dibujo.


No lo busquéis más. Parece que lo han matado y yo he sido cómplice. 

viernes, 7 de junio de 2013

Más allá del principio de placer


Ayer salió la resolución de unos presupuestos nacionales daneses para investigación en humanidades y ciencias sociales. Uno de los proyectos que se financiarán se llama Semantic processing across domains. La descripción dice algo de desarrollar nuevos métodos para la identificación automática de información semántica (sentidos de palabras, palabras clave, vaya usted a saber) en textos daneses.

Este proyecto está coordinado por mi directora de tesis danesa (a quien suelo llamar por su apellido , Pedersen, si hablo de ella en cristiano, aunque en el trato diario en Dinamarca se usa sólo el nombre de pila), y se elaboró con dos plazas de investigadores post doctorales en mente. Una de esas plazas, aunque tiene que salir a concurso y un tribunal externo tiene que evaluar a los candidatos, sería para un servidor.

Eso quiere decir que, de ir bien las cosas, estaría dos años más trabajando en el departamento en el que he estado desde que me vine a vivir a Copenhague. Supongo que es algo con lo que más o menos contaba. Tal y como están las cosas (una muletilla que mi familia gasta mucho para convercerse de que está bien que no esté) parece buena idea quedarse en Dinamarca un par de años más.

Bueno, o mejor dicho, tal y como están las cosas parece buena idea no volver a España. Pero con eso ya contaba. Mi duda es si realmente deseo quedarme en Copenhague mucho más tiempo.

O más bien, mi duda es si deseo algo en absoluto. Creo que no se me da bien tener deseos positivos, plantarme y decir "deseo eso que de momento no tengo". Incluso esta afición por cambiar de residencia es más un deseo negativo, un "no quiero esto que tengo delante" que una capacidad de desear per se. Me figuro que alguien lo habrá redefinido mejor, pero la idea freudiana de un principio de placer que busca evitar el displacer y procurar el placer simultáneamente me parece una generalización enorme. No son acaso dos principios muy dispares, el uno engendrador de deseo positivo y el otro de deseo negativo?

De momento no tengo grandes deseos negativos sobre este sitio, parece que no me importa quedarme. Que en dos años iré como un loco buscando un proyecto que me mande a cualquier otro lado? Muy posiblemente.